China admite almacenamiento "inadecuado o ilegal" originó las explosiones de Tianjin
12 Feb
El informe oficial divulgado por la agencia Xinhua fue realizado por el Consejo de Estado (Gobierno) tras cinco meses de investigaciones sobre las explosiones, que causaron al menos 165 muertos, aunque la cifra previa de víctimas era de 173 fallecidos y más de 700 heridos.
Las explosiones fueron causadas por la combustión de materiales peligrosos, almacenados de forma "inadecuada o ilegal" en la terminal, se indica en el documento.
El fuego empezó en un contenedor, a través de la ignición espontánea de la nitrocelulosa debido a la vaporización del agente humectante en agua, y el incendio se expandió después inflamando otros químicos, como el nitrato de amonio.
Días después del accidente, ocurrido el 12 de agosto de 2015, el Ministerio de Seguridad Pública chino confirmó que la terminal contenía al menos 3.000 toneladas de unos 40 productos químicos peligrosos, entre ellas 800 toneladas de nitrato de amonio, 700 de cianuro de sodio y otras 500 toneladas de nitrato de potasio.
El informe también indica que las explosiones causaron unas pérdidas directas de 6.870 millones de yuanes (alrededor de 1.100 millones de dólares, 982 millones de euros), y que las autoridades chinas todavía vigilan y controlan los niveles de contaminación en la zona, que se dispararon tras el suceso.
Su publicación se produce poco más de una semana después de que la Fiscalía china anunciara investigaciones contra 25 sospechosos de negligencia y abuso de poder por las explosiones, y que informara de la detención de otras 22 relacionadas con el caso.
La cifra es, en cualquier caso, mucho menor que el más de centenar de personas que el informe oficial insta hoy a sancionar, sin especificar aún qué tipo de penalizaciones.
La Fiscalía había anunciado previamente que entre los detenidos están Yu Xuewei, presidente de la propietaria del almacén, la empresa Ruihai International Logisticis, y su vicepresidente, Dong Shexuan.
Además, Yang Dongliang, exdirector de la Oficina de Seguridad Laboral, fue expulsado por corrupción del gobernante Partido Comunista de China (PCCh) y su caso fue trasladado a la Fiscalía tras las explosiones.
Hasta la fecha, las investigaciones oficiales y algunas publicaciones de medios chinos determinaron que la administración del puerto no hizo cumplir las normas de seguridad que requiere el almacenaje de materias peligrosas.
La tragedia reavivó las críticas al Gobierno chino por las laxas medidas de seguridad en su sector industrial, donde los accidentes son frecuentes y en ocasiones las autoridades permiten a las empresas infringir normativas a cambio de beneficios.
El último episodio ocurrió en la sureña ciudad de Shenzhen, donde al menos 73 personas murieron el pasado 20 de diciembre por un alud de escombros de obras en un vertedero que había superado su capacidad de almacenamiento, una tragedia de la que se ha culpado a la negligencia de la empresa propietaria y a las autoridades locales de seguridad laboral.
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